lunes, 23 de agosto de 2010

Ronaldinho



En un ya lejano verano de 2003 llegaba Ronaldinho al Barça, un jugador sobresaliente que “mal vivía” en el PSG y en la aburrida liga francesa. Un nuevo equipo directivo con Laporta y Rosell a la cabeza trajeron al jugador brasileño al Barça, fichaje deportivamente brillante y tremendamente ilusionante para una afición que venía de una época tan oscura y lamentable como el Gaspartismo.

Una primera temporada sin títulos pero con un crecimiento en cuanto a juego y expectativas, con un Ronaldinho líder en el campo, el cambio de rumbo estaba hecho. Los dos años posteriores son espectaculares, en cuanto a juego y títulos, un equipo brillante, con un líder (Ronaldinho) acompañado de dos escuderos sobresalientes (Deco y Eto’o) con unos jugadores que empezaban a madurar (Xavi, Iniesta y Valdés) y con una estrella muy prometedora (Messi).

Por el contrario, los dos años posteriores al doblete del 2006 son muy tristes, tanto en lo personal como en lo colectivo. Un Ronaldinho abandonado de forma y con desgana “lidera” a un equipo que vive en la desidia, de nuevo sin rumbo, una mala gestión de vestuario en que los culpables, como he repetido alguna vez anteriormente, son Rijkaard, Laporta y los capitanes.

Ronaldinho se va y el líder pasa a ser Messi, el resto de la historia, que aun continúa, es de sobra conocida.

Este miércoles se homenajeará a Ronaldinho aprovechando que viene a jugar el Gamper con su actual equipo, el Milán.

Le he reprochado mucho a Ronnie que nos “dejara”, que se dejara, que perdiera la sonrisa, que no quisiera luchar por querer seguir siendo el número uno. Lamentablemente pone su nombre al lado de otros ídolos caídos, como Ronaldo Nazario, Adriano, o el mismísimo Maradona.

El miércoles habrá gente que le querrá silbar, que no le querrá aplaudir, pero espero que la ovación sea unánime, a pesar de todo, se lo merece, ya que el empezó esta obra tan maravillosa que aun vivimos.

Quedan muy buenos recuerdos, muchos goles inolvidables, al igual que muchos cabreos y tristezas... pero sobretodo quedan muchas sonrisas, esa sonrisa que un día perdió y que nunca más vimos. El miércoles le aplaudiré y con volver a verle sonreír habrá merecido la pena.

No hay comentarios:

Publicar un comentario