domingo, 4 de julio de 2010

No us fallaré... no us fallaré



Llevo varios días repitiendo en mi mente “No us fallaré”, frase que repitió dos veces el nuevo presidente Sandro Rosell el día que ganó las elecciones. Me he dado cuenta que Rosell repite las cosas un par de veces para que quede constancia de lo que es esencial en sus discursos, en definitiva hacerle llegar al socio/simpatizante lo importante de sus palabras. Es más, hasta me parece un desafío, pero me gusta, es un estilo atrevido pero seguro, directo y confiado. Sandro tiene un plan, labrado en los últimos 5 años, un plan sin ismos, un plan para hacer del Barça un club abierto y ejemplar, si la pelota entra, estoy seguro de que viviremos una época maravillosa, si la pelota entra... si la pelota entra.

Porque al fin y al cabo lo que marca los mandatos, como es lógico, es que los resultados deportivos acompañen, cosa que a Joan Laporta le ha sucedido.

Hay un momento clave en la historia reciente del Barça, la moción de censura vivida hace 2 años marca un punto de inflexión en el porvenir del club. Lo que tenía que ser el final definitivo de Laporta se convirtió en la mejor temporada de la historia, el Barça de las 6 copas convierte a Laporta en el presidente del mejor Barça de toda la historia. No en el mejor presidente de la historia del club.

No obstante, para mi, la moción de censura indica a Laporta que su final está cerca, el Laporta de las dos últimas temporadas vive como un enfermo terminal que disfruta y vive con pasión sus últimos días y que sabe que su final, el de él y el de su modelo, está cerca. Y este final lo vive en las últimas elecciones. Los socios votaron NO a Laporta en la moción y votaron NO a Jaume Ferrer, delfín sin carisma ni calidad del Laportismo. Y todo esto gracias a Guardiola, un hombre que si se presentara a presidente ganaría con la gorra. Un entrenador que se encontró con un equipo fragmentado y que vivía en el conformismo de la última época Riijkaard, con unos capitanes (Puyol, Xavi y Valdés) que no se encararon ante un Deco y un Ronaldinho que hacían lo que querían.

¿Y como llegó Guardiola? Pues de rebote, ya que el Barça no podía pagar al entrenador con el que negociaba el señor Ingla, el detestado José Mourinho. Solución de emergencia, entrenador del filial, pero no uno cualquiera sino un mito del barcelonismo, un noi de la casa que ha resultado ser un entrenador-psicólogo maravilloso... y que dure, pero que fiche mejor, porque Chygrinsky, Cáceres y Hleb han dejado mucho que desear.

No quiero extenderme en Laporta o Guardiola, dado que tendrán posts enteros dedicados a ellos. Así como el que tendrá el ex presidente de honor, el Sr. Cruyff. Que ya les adelanto, va a levantar ampollas.

Volviendo al señor Rosell, creo que es el momento de que el Barça tenga una persona como él de presidente, triunfadora, preparada, astuta… y volviendo a desear que la pelota entre, porque solo así viviremos una época triunfante y estaremos orgullosos del equipo y del club.

No ens fallis Sandro… no ens fallis.

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